jueves, 26 de enero de 2012

Homo Gaditanus, Homo creativus

Llega el carnaval, llega Febrero, se escuchan las primeras coplas, el resultado de la creación, el flujo inconmensurable de una fuente de la que el gaditano bebe desde su más tierna infancia. Creación, creatividad… conceptos profundamente analizados y estudiados de la psicología que me atreveré a desgranar en este
pequeño artículo.

No teniendo el deseo de aburrir al lector con una amalgama de definiciones, concretaré el concepto en el siguiente enunciado: la creatividad es la capacidad de crear, de producir cosas nuevas y valiosas. Una creación que satisface tanto a su creador como a otros durante algún periodo. Es la capacidad de un cerebro para llegar a conclusiones nuevas y resolver problemas en una forma original.

El hecho probado es que, aunque se piense lo contrario, todos nacemos con una capacidad creativa, la diferencia interpersonal la encontraremos en que luego esta capacidad llegue a ser estimulada o no. Como todas las capacidades humanas, la creatividad puede ser desarrollada y mejorada.

La psicología ha abordado el estudio de este concepto intentando encontrar su origen, localización cerebral y, sobre todo, sus expresiones. Como fruto de tales estudios tenemos el hallazgo de la existencia de dos "estilos" mentales básicos: por un lado la persona de pensamiento convergente tiende a abordar los problemas de una forma lógica y a establecer relaciones convencionales. Por otro lado, aquellos
que tienen un pensamiento divergente tienden a utilizar juicios ilógicos o
"marginales", buscando soluciones innovadoras. Será este segundo modo
de pensamiento el que se relacione con el de la persona creativa.

Juicios ilógicos, marginales, anormales, diferentes, innovadores… ¿les suena de algo? ¿No es sino éste el juicio que mueve los hilos de nuestra fiesta? Demos más ejemplos y completemos la “tesis” que ofrezco. A juicio de los estudiosos, podemos encontrar una serie de características propias de las personas creativas: imaginación, capacidad crítica, entusiasmo, capacidad intuitiva, alta capacidad de asociación, flexibilidad, características afectivas de sentirse querido y protegido, confianza en si mismo, soltura y libertad, valor, finura de percepción, curiosidad intelectual… ¿no son sino estas características aplicables en su mayor parte al autor de renombre en carnaval?

No cabe duda del hecho de que el propio carnaval de Cádiz hace tiempo se constituyó en marco de expresión de la creatividad del gaditano. Pero no es menos cierto el hecho de que el mismo carnaval ha sido la verdadera fuente del desarrollo de la creatividad que al gaditano caracteriza.

Como hemos dicho antes, todos nacemos con una capacidad creativa, la diferencia entre unos y otros la encontraremos en que luego esta capacidad llegue a ser estimulada o no, pues ahí podemos encontrar el elemento diferenciador que convierte al gaditano en una persona en apariencia distinta. El gaditano nace con banda sonora de tango y copla, el gaditano crece entre cuplés y cuartetas históricas de popurrís, el gaditano bromea con el doble sentido y usa la ironía como estrategia de afrontamiento. El gaditano desde su mas tierna infancia modifica la canción del verano y la transforma en aquello que le apetece añadiendo letras dedicadas a “sabe dios” que se le puede ocurrir en cualquier momento… Es un modo de vida… es un no poder evitarlo.

Y es que la creatividad no es don de la naturaleza, la creatividad no es mas que poner la imaginación a trabajar… imaginación aplicada=creatividad, se
trata de un complejo, pero habitual en algunos elegidos, proceso de tener ideas
nuevas que sean valiosas o en el caso del autor de carnaval bonitas, profundas
o graciosas. La creatividad es pasión para el gaditano y la pasión es el motor
de su vida y del mundo en que vive…vive luego imagina, imagina luego crea. Que
el mismísimo Einstein ya lo dijo… “la imaginación es más importante que el
conocimiento”.

Pero no queda ahí, una vez que se desarrolla esta capacidad se necesita tiempo y esfuerzo, disciplina para ir mejorando y controlando la técnica, son necesarios los conocimientos básicos y el manejo de instrumentos, musicales en este caso… a la vez que por ultimo hay que ser valiente, arriesgado para lanzarse sabiendo que en ocasiones saldrá mal. Ahí se forma el autor, así se forja la “leyenda”.

Y una vez forjada la “leyenda” llegará la imposición de la maldita etiqueta, la etiqueta del gracioso, del vividor, del libertino, del que solo tiene ganas de “cachondeo”… y en esas estamos. Y ante ello el gaditano agacha la cabeza, se revuelve en sus entrañas y mira hacia dentro, cada vez más adentro, fomentando en muchos casos (véase la cantidad de letras de numerosos autores de carnaval) el chovinismo o un absurdo “temperamento nacional”, distintivo, diferenciador, que no es más que la reacción defensiva ante el avasallamiento que la figura del gaditano en particular y del andaluz en general ha venido sufriendo desde tiempos que ya me resultan inmemoriales.

Y es que, como decía el pensador chino Confucio: “si algo te apasiona, si algo se te da bien nunca vuelves a trabajar porque vives la vida que te corresponde vivir, te conviertes en tu yo más auténtico”. Pues no podía en este caso estar más acertado mi “querido y añorado” Confucio, porque el gaditano es mas gaditano cuando empieza a ensayar y expresa lo que crea, pero el gaditano, cuanto más crea parece que menos lo dejan trabajar, cumpliendo de esta forma en el mayor absoluto con la afirmación de Confucio. Porque desagraciadamente el carnaval no da de comer, ni la creatividad característica del gaditano soluciona los problemas que a su pueblo
maltratan.

Y llegados a este punto muchos se preguntarán como yo también lo hago, ¿por qué esta capacidad para el desarrollo de la creatividad y la inventiva no la pone en práctica el gaditano para dar solución a los problemas que a su pueblo atañen? Pues de nuevo tendremos que tirar de la ciencia para dar respuesta a ello: está demostrado que para explotar la creatividad es necesario disfrutar con lo que se hace…sentirse como pez en el agua, estar en el “elemento”… sale de ti, lo elaboras tú… Y en el caso de la creación carnavalesca ya ha quedado claro, en Cádiz existe el Homo carnavalensis, pero no queda datada la presencia del Homo
Emprendedoris o el Homo Políticus. Y falta nos hace la búsqueda de tales elementos entre nuestros paisanos, porque crear hemos creado
entre todos una realidad actual que más nos valdría borrar y reiniciar, cierto
es que en muchos momentos nuestra realidad la conformaron foráneos a nuestras
lindes, de más allá de Cortadura, pero el gaditano debe asumir sus culpas y
conformar una nueva realidad. La creatividad constituye en este caso a la misma
vez la fuente de nuestros problemas y una posible forma de solucionarlos. Que
sea ella y los frutos de la misma la que nos libere…

Mientras tanto sigamos disfrutando de la fiesta de la creatividad y la libertad…

Gracias

Hasta pronto

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