De dolor y musas...

“La noche regala una luna llena que pinta con su luz el perfil de los tejados de una perdida posada, en su interior, un caminante busca desesperadamente un descanso que no acaba de llegar, tal búsqueda lo agota y le hace caer preso de un sueño conciliador, bendito descanso”


Susurros en la noche lo despiertan, escucha una voz, preciosa, si que lo es, la busca entre sus sábanas, no logra alcanzarla…¿sería un sueño?…no lo es, ahí se escucha de nuevo, abre las puertas de su alma y otea el pasillo que dirige a la puerta donde esconde los jirones de la piel que el mismo arrancó de su ser…

Se va acercando, no la encuentra, la pierde y solo escucha pequeños sollozos…de nuevo ahí esta…canta como los ángeles…la voz viene de fuera, sale a buscarla en plena noche, una noche de luz difusa y fría quimera…no alcanza a ver nada, pero aquella voz se desgarra, sus quejidos parecen ser alaridos de una bestia dañada, pero que bien suena…

Quiere encontrarla pero no acierta a dar con su rostro…entre los pliegues de la densa niebla alcanza a ver una figura…una esbelta figura que mueve sus brazos mientras se encoge en su propio ser, cada vez que tuerce sus caderas su voz se dispara desgarrando la textura de nuestro dormido protagonista…que voz tan preciosa…pero parece no poder seguir, se detiene buscando alimento para sus pulmones…se detiene expulsando un suspiro que emana al viento dolor…

Acierta a ver su figura…le es familiar, sigue cantando y su melodía…esa melodía…

Sigue observándola…sigue cantando, sigue sollozando…

Un sollozo de dolor continuo es su voz, pero que dulce sonar…

Lágrimas bañando su retorcido rostro, siente lo que hace y sufre lo que es capaz de llegar a sentir…aquel rostro…¿su rostro?…aquella voz…¿su voz?...¿sus lágrimas?...ahora es él quien grita, ahora es el quien canta y derrocha lágrimas, se encuentra, se halla.

Afonía de sentimientos…locura y manos alzadas buscando una lluvia que no cae…un soplo de aire fresco que no recibe…

Locura…locura…



¡Oh tu que escondes tu dolor!

No lo escondas o reprimas, exprésalo en dulces formas, la rabia contenida puede ser musa de lo mas bello, desgarrar tu garganta en imposibles melodías, derrochar energía sobre un lienzo que hará las veces de materia donde plasmar lo tanto sufrido, descargar tu cincel sobre el duro mármol creando con ello esculturas admirables, blandir tu pluma como espada esparciendo letras en un viejo papiro.